Inducción vs Vitrocerámica
Las placas de vitrocerámica han ganado el pulso a las tradicionales cocinas de gas. Y aunque contra los gustos del consumidor no hay nada escrito, conviene saber cuál es la diferencia entre inducción y vitrocerámica.
Para ello hay que conocer las características de las placas vitrocerámicas y las de inducción. Veamos cuáles son.
Las diferentes características entre placa de inducción y vitrocerámica
La primera de ellas es el precio, ya que las placas de inducción duplican o triplican el costo de las placas de vitrocerámica. Esta diferencia de precio es consecuencia de que las placas de inducción incorporan un sistema de cocción más novedoso.
Con el factor tiempo ocurre otro tanto: con las placas de inducción se tarda la mitad en cocinar los alimentos.
Por lo que respecta a las placas de vitrocerámica, las hay de distintos tipos, y funcionan a partir de una placa cerámica vitrificada y lisa. Tienen una enorme resistencia al calor, así como gran capacidad para transferirla a los alimentos.
La placa de vitrocerámica puede componerse por dos o hasta cuatro resistencias circulares que funcionan como fogones que se activan con un botón dactilar, que también regula la potencia del fogón. Estas placas pueden utilizarse con todo tipo de recipientes, y como el calentamiento que generan es progresivo, son perfectas para preparar alimentos que no requieren prisas. La superficie de las placas vitrocerámicas se limpia fácilmente.
Las placas de inducción
Funcionan a través de un imán de gran potencia accionado eléctricamente, lo cual crea un campo magnético que genera calor en la superficie metálica sobre el imán.
Las placas de inducción también disponen de una superficie lisa de cristal cerámico, y se regula el calor que emiten a través de un botón. Una diferencia a destacar entre inducción y vitrocerámica, es que las placas de inducción calientan la superficie metálica el doble de rápido.
Por lo que a consumo energético se refiere, las placas de inducción gastan la mitad que las placas vitrocerámicas. Con una placa de inducción puede controlarse de forma muy precisa la temperatura de cocción de los alimentos y es muy fácil de limpiar. También resulta mucho más segura que la vitrocerámica, ya que cuando la placa de inducción se apaga, se enfría rápidamente.
A la hora de escoger una placa de cocina, hay que considerar el consumo energético, y las placas de inducción lo tienen entre el 80% y el 90%. Por su parte, el consumo energético de las placas vitrocerámicas es de aproximadamente el 50%. En resumen, las placas de inducción presentan entre un 30 a 40% menor consumo energético en comparación con las vitrocerámicas. A cada usuario le corresponde elegir el factor que más le conviene.