Yo no me esperaba ninguno, quizás carbón, del azucarado claro está, ya que durante este año no he sido el mejor niño del mundo. Nisiquiera hice la carta.
Por eso, me sorprendí cuando me levanté y vi unos bultos al pie del árbol. Lentamente me acerqué, y en tres de ellos ponía mi nombre, así que los cogí. Una vez en mis manos, mire a cada lado, como si alguien me lo fuese a quitar y rápidamente fui a mi cuarto, cerré la puerta y abrí el primero y….
Lo dejé en mi escritorio y cogí el segundo. Tenía una forma ovalada y una textura muy extraña, lo desenvolví y no podía creérmelo, eran papeles. Los quité todos y que raro apareció oculto entre los papeles v, también para NINTENDO SWITCH. Me impacto, dos de los tres juegos en los que me había fijado y no los puedo estrenar, que impotencia. El tercero sabía que era otro juego de la misma consola porque tenía el mismo tamaño que el primero. Y no me equivoqué, MARIO KART 8 DELUXE el última entrega de mi saga favorita.
Poco después todo cambiaría. Mis tíos venían a casa a comer. Durante la comida, me preguntaron que me habían traído los Reyes Magos, les dije la verdad con cara triste y extrañamente se quedó ahí la conversación. Al acabar la comida empezamos a recoger. Mientras hacía un viaje mis tíos dejaron un paquete en mi sitio, cuando volví pregunte que era y me dijeron que lo había dejado Melchor (mi rey favorito) en su casa para mí. Rápidamente lo abrí y no os imagináis que era, ¡mi NINTENDO SWITCH!
Sin duda, han sido mis mejores reyes.
¡MUCHAS GRACIAS MELCHOR, GASPAR Y BALTASAR!